miércoles, 4 de marzo de 2015

Whiplash y los músicos enfurecidos D:

A finales de 2014 mientras se hablaba de las predicciones de las películas que podían ser nominadas al Oscar, escuché hablar de Whiplash una película acerca de la relación de un estudiante de batería y su maestro. Como músico, llamó inmediatamente mi atención y empecé a investigar sobre ella.

Ya había algunas reseñas, ya que la película había participado en algunos festivales a nivel mundial.

Las discusiones intensas no tenían lugar todavía, incluso cuando se anunció su nominación a mejor película y que J. K. Simmons había ganado un Globo de Oro por su interpretación. Incluso en las salas de cine en estreno no tuvo mucha respuesta y no sé si realmente la haya tenido en general porque al ser el tema la música el público se segmenta y aún más si se trataba de un baterista, de los músicos menos populares que hay (por algo no solemos salir en las fotos, jaja.).

Tuvieron que pasar los premios Oscar y que la película obtuviera algunas estatuillas para que ahora sí llamara la atención y todos quisieran ir a verla, lo cual generó algunas discusiones entre músicos intensos y es acerca de lo que vengo a opinar aquí:

El año pasado, como creo que todos sabemos, Gravity, película de director y fotógrafo mexicanos, fue multipremiada pero a la vez criticada por físicos, astrónomos y demás clavados de la ciencia. Decían que la cinta había omitido detalles y había cometido graves errores en lo que se refiere a la física y fenómenos que ocurren en el espacio. Lo que creo que no sabían es que se trataba de una película y ¿de qué género?, pues ni más ni menos que ciencia ficción. CIENCIA FICCIÓN, así es, no documental.

Con Whiplash está pasando lo mismo pero ahora con los músicos y habiendo convivido algunos años muchos de ellos, puedo decir que sí hay unos muy clavados en esto, y no tiene nada de malo, al contrario, llegué a admirar a muchos de mis compañeros y a otros no tanto jaja...

Esta película nos muestra un poquito de cómo es el mundo de la música y un poco de cómo no es:

- Sí hay gente bien clavada con su estudio, sí te provoca estrés y tensión tener tus piezas lo mejor posible.

- Sí hay maestros así de duros, quizá no al grado de que te golpeen, pero sin necesidad de eso definitivamente te pueden hacer llorar y hasta renunciar a ser músico.

- No, nuestros dedos no sangran de tanto estudiar, si así fuera querría decir que nuestra técnica está mal y debemos corregirla. Aunque como detalle dramático y de impacto visual me agradó.

- No, la velocidad no lo es todo, hay varios aspectos de la técnica que unos desarrollan más que otros y que son igual de importantes. Aunque sí hay que tener el mejor control posible del 'tempo'.

- Y de esto no estoy seguro, pero dudo mucho que te dejen tocar en el Carnegie Hall así nada más, que permitan a un director de orquesta al que despidieron de una escuela y que además permita que arruine su presentación en tal recinto y no llamar a seguridad.

- Tampoco creo que después de ser embestido por un camión uno pudiera levantarse e ir a tocar. D:


Hablando de ese último punto, me parece la única parte débil de la película, todo el show de que se poncha la llanta, de que ya cerraron la arrendadora de autos, que olvida su baquetero, que tiene que regresar, que ya habían cerrado pero aun así entra por él como si nada y que para colmo de regreso lo chocan me pareció un exceso de drama en esta situación.

Pero bueno, es una película, ¿de qué género?, pues de drama y música. Y no, no es un documental acerca de un músico ni de la música en general. Es una historia ficticia, que nos habla de alguien que quiere superarse y ser el mejor en algo, está obsesionado y hace todo lo que puede para lograr su objetivo, así que sólo buscaron un tema en qué basar todo esto: música.

Para los que vieron Birdman y quienes sepan al menos un poco de teatro, sabrán que tampoco el mundo dentro de la dramaturgia es así exactamente, sólo se uso de pretexto para contarnos la historia de un hombre.

Así que, amigos y  músicos en general, no se tomen esta película tan en serio y mejor disfruten el mensaje que nos deja, la emoción que nos provoca, la increíble edición, la música que escuchamos, la banda sonora, esa versión tan genial de Caravan, la estupenda actuación de J. J. Jameson... digo J. K. Simmons...

Finalmente no creo que alguien piense en ir a ver Whiplash con el fin de aprender música, pero estoy seguro que muchos tendrán la inquietud de saber más sobre jazz y otros quizá despierten su interés por aprender.


P.D. Claro que no va a faltar el hipster que va a decir que le encantó y que ama el jazz, que va a compartir algún tema de la película y decir que siempre ha amado el género cuando en toda la película nunca supo quien era Charlie Parker y quizá pensaba que hablaban del tigre de Life of Pi. :v

viernes, 23 de enero de 2015

Yayoi Kusama, Puntos y Ardillas.

El fin de semana pasado tuve la oportunidad de visitar la exposición Obsesión Infinita de Yayoi Kusama en el Museo Tamayo.

Primero contaré toda la aventura y al final mi opinión en general.


Como buen mexicano promedio decidí junto con mi hermana aplazar la visita a esta exposición de la cual ya estábamos enterados hace varios meses. Fuimos el último jueves y pensábamos llegar por ahí de las 10 de la mañana, ya nos parecía bastante temprano. Entonces fue que encontramos una publicación de alguien que asistió un día antes diciendo que se formó 8:30 y esperó en la fila hasta las 12:30 para obtener su boleto.

Al saber lo anterior decidimos llegar a las 8 en punto; la fila era enorme y abarcaba las aceras que rodeaban al museo y parte del parque que lo rodea. Sabíamos que la taquilla la abrían a las 9, entonces sólo nos quedaba una hora de espera para que la gente comenzara a avanzar. Mientras tanto, un señor detrás de nosotros muy ociosamente fue a contar a las personas que teníamos enfrente y nos dijo que había aproximadamente 800 personas y que se iban a vender 2300 boletos así que sí íbamos a alcanzar.


Enorme y monstruosa fila para obtener boletos para Obsesión Infinita


Llegó la hora en que abrían la taquilla y la fila allá a lo lejos comenzó a avanzar y ya todos contentos hasta que unos minutos después salvaje señor con megáfono aparece diciendo que ya no había boletos. ¿Y entonces el señor que había ido a contar gente estaba mal?. No, resulta que había gente que se estaba aprovechando de esta demanda y estaban comprando de a cuatro boletos cada uno (máximo de venta por persona) y luego los estaban revendiendo hasta en quinientos pesos. Mucha gente incrédula, continúo en la fila y nosotros nos fuimos del lugar.

Era viernes y sólo quedaban tres días de exposición así que, tomando en cuenta nuestra experiencia, llegamos a las 6:30 de la mañana y ya nos sentíamos importantes pero escuchamoo que había gente ahí desde las 3 de la mañana. Vaya, al menos ahora estábamos en una fila más decente pero había que esperar dos horas y media para la repartición de fichas. Sí, repartían la misma cantidad de fichas en la fila que de boletos, eso haría que la gente supiera con antelación que ya no iba a alcanzar boleto, aunque muchos hacían caso omiso de esto.

Llegó la hora y sí alcanzamos ficha, todo había valido la pena definitivamente.






De aquí fueron otras tres horas en llegar a la taquilla y la verdad que uno termina odiando a la gente con quien comparte la fila y más si son hipsters pretenciosos que no dejan de hablar.

Después de soportar todo eso, por fin llegamos a la taquilla al medio día y compramos nuestros boletos. Nos tocó entrar a las 14:30, sólo había que esperar otras dos horas, pero no estuvo mal, creímos que nos tocaría más tarde. Aprovechamos ese tiempo para ir a desayunar y entonces entrar al museo.

Nuestra penúltima fila del día y mucho más tranquila ya que seríamos de los primeros en entrar. Entramos a la primera sala, que no eran más que esculturas hechas con falos. No sé interpretar esto así que me puse a leer y bueno, son falos pintados de plateado porque ese color le gusta y está relacionado con la castración. No tengo imágenes de esto porque no dejaban tomar fotos aquí.

Entonces pasamos a uno de los cuartos más llamativos el 'Infinite Mirror Room' un espacio como de 2x5 en donde te dejaban entrar de pocas personas por únicamente veinte segundos, o sea que apenas te daba tiempo para tomar selfie o apreciar el espacio. Lo que podemos ver aquí es una representación de varios falos blancos con lunares en color rojos amontonados en el suelo y rodeados por espejos.







Después del breve instante que estuvimos en este espacio o mejor dicho, de que nos corrieran de ahí, pasamos al siguiente cuarto denominado 'I'm Here But Nothing' en el cual encontramos objetos de la vida cotidiana con puntos de colores pegados sobre ellos e iluminados con luz negra. La idea de este espacio es, según la artista, denotar la banalidad de los objetos del día a día.






Lo siguiente sería ver una serie de pinturas a las cuales no dejaban tomar foto pero que fácilmente se pueden encontrar en internet, por lo cual no entiendo la restricción. Acerca de ellas puedo decir que tienen un efecto interesante ya que usa colores contrastantes para crear un efecto de movimiento ayudado en parte por la aglomeración de puntos que tanto le gustan a la señora.

Y el último cuarto sería el 'Fireflies on the Water', el que era... pues sí... un grupo de series navideñas de luces intermitentes dispuestas en forma vertical sobre un espacio de piso mojado y rodeado de espejos. Debe ser el cuarto más vistoso de todos y es en dónde más se tomaban selfies y donde era más complicado para los guardias hacer avanzar a la gente. Aquí no recuerdo haber leído el significado, así que terminamos.







Al salir de este cuarto había otra serie de cuadros con el mismo concepto y luego una muestra de fotos de la artista que mostraban su trayectoria como tal. Tampoco se podían tomar fotos aquí. Y así terminaba la exposición.

No sabíamos si habíamos apreciado la obra a su máximo ya que la desvelada de dos días no nos tenía al 100. Así que salimos al parque a descansar un poco y ver ardillas. Entonces vimos a gente que aparecía con estampas de puntos de colores pegados en su ropa, así que decidimos ir a investigar.

Descubrimos que nos había faltado un cuarto, sólo que este era de acceso a todo público. La entrada era muy pequeña y no había letrero que te hablara de su existencia, te dabas cuenta por la gente que salía de ahí. Así que entramos y se trataba del 'Obliteration Room', un cuarto parecido a 'I'm Here But Nothing' pero con luz natural, sin luz negra y todo cubierto por estampas de puntos de colores que la misma gente le pegaba. Justo en la entrada había un guardia que te entregaba tu planilla para los pusieras donde quisieras. Algo más interactivo y que aquellos que no alcanzaron a entrar podían haber hecho para presumir su visita sin hacer filas eternas y obtener la preciada selfie.








Y ahora sí terminamos. Salimos de ahí cubiertos de puntos y un poco más contentos por la interacción. También hubo más talleres para niños y otras cosas pero fueron más temprano y a esa hora estábamos formados para comprar los boletos.

Aunque la interacción no acabó aquí, siempre puedes meterte entre los árboles del parque y darle de comer a las ardillas.



Sin duda esto ha sido un fenómeno muy interesante en lo que se refiere a exposiciones de arte en la Ciudad de México. Nunca se había visto tanta gente interesada en entrar a un museo. Y ya sé, se puso de moda y todos querían su foto 'pal face', pero aguantar tantas horas de fila para eso, sí que merecen reconocimiento.

Ahora, hay quienes critican la obra diciendo que esto no es arte o que es basura y no sé qué más.Claro que no estoy de acuerdo, esto es arte, arte pop claro. Es como a los que les gusta el pop en la música, es un género llamativo, fácil de digerir y que le gusta a millones, pero finalmente es música, se aprecia y se disfruta.

De lo que sí me quejo es de que me parece una muestra pequeña, muchos lo notaron, no tardas mucho en salir. Esto ha estado en otros países y llevan más piezas y cuartos. Ni hablar.

Y fuera de todo esto, también hay que pensar en las ganancias que generó al museo tomando en cuenta que el presupuesto para cultura, al menos en el Distrito Federal ha sido reducido considerablemente. Esta obra ya sea por moda o por arte pop, ha sido una bocanada de aire fresco para el área administrativa de cultura.